Por un poco de ausencia, amiga,
ha cambiado tu corazón
y, conociendo esta inconstancia,
puse en otra parte mi amor.
Jamás belleza tan ligera
dominará mi corazón.
Mas veremos, pastora en fuga,
cuál se arrepiente de los dos.
Mientras yo en llanto me consumo,
lamentando tu desamor,
tú, que amas sólo por costumbre,
sueñas en brazos de otro amor.
Jamás veleta más liviana
tan deprisa al viento cambió;
mas veremos, pastora en fuga,
cuál se arrepiente de los dos.
¿Dónde está el llanto que vertiste
cuando nos dijimos adiós?
¿Todas esas quejas brotaban
de un inconstante corazón?
Los dioses saben cómo mientes.
¡Ay del que confíe en tu amor!
Mas veremos, pastora en fuga,
cuál se arrepiente de los dos.
El que mi lugar ha ganado
no podrá amarte como yo,
pero la que yo amo te excede
en fe, belleza y corazón.
Guarda el nuevo amor que posees,
yo guardaré mi nuevo amor
y, pasado el tiempo, veremos
cuál se arrepiente de los dos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario